Variaciones sobre Cantos Ceremoniales… más allá de la frontera, puertos y música…, esperando el azul

Al recibir esta invitación para colaborar en la presentación de este nuevo CD, tuve una doble alegría. Por una parte, el honor del estar en este espacio de “gente fluvial” y querida que rodea a Eduardo desde el reconocimiento a su trabajo y fundamentalmente al ser humano que labora entre los pasillos de nuestra Universidad contemplando gaviotas y palomas del mítico puerto principal.

Lo segundo, fue lo extraño que resulta, al menos para mí, hablar desde aquí, pero que lo practico como un juego del escribir, del sonido y su ritmo y de allí… a la composición de este texto desde donde proviene la libertad de decir lo que pienso mirando hacia atrás, sin el imperativo del deber mirar hacia adelante.

Intento decir algo que más que un momento de formales palabras, tengo la esperanza de que sea un regalo-entre amigos- para Eduardo, y para ustedes. Desde los Cantos Ceremoniales para Aprendiz de Machi” obra encargada por esta agrupación en el año 2004 y financiada por el Fondo de la Música, y que nosotros o más a bien ellas, aceptaron gustosas de estudiar y estrenar el 14 de Agosto del año 2004, en la provincia de Valparaíso, colaborando con la obtención del Premio Altazor 2005 para Eduardo Cáceres y su irreverente humor ya porteño pero avecindado en Santiago

Estos cantos ya cuentan entre nosotros, con sucesivas versiones debidamente autorizadas, es…. una obra que se va reinventando así misma en donde luego del coro a capella de origen, se sumó la orquesta de cuerdas y finalmente a todo ello, los 4 timbales en una frenética versión, de aquellas que Eduardo nos tiene acostumbrados del FFF al PPP absoluto verso del PPP al FFF, a la manera de Metallica. Al mismo tiempo, tanto en Chile como en otros países de America y Europa, la obra se ha tratado de estudiar, logrando diferentes resultados, tanto en el entendimiento de ella, como en los aspectos idiomáticos.

Y en este sentido quisiera decir dos cosas que me resultan ahora evidentes y decisivas. La primera de ellas, es que debemos considerar la necesaria publicación simple de un texto de asociación fonética para directores (como en otras culturas), en asociación con el idioma universal inglés, con el objeto de que aun más, se pueda difundir la obra y resolver lo evidente, que es el texto fonético de difícil solución.

Lo segundo, es que para dirigir la obra de un compositor, en este caso de Eduardo, no es solo tomar conocimiento de ella (la obra). Sino que hay que estar metido en ella, y no me refiero a una, sino a varias de ellas, para entender la escritura y lograr construir, entender, significar y animar ese corpus de sonido que el compositor figura imaginario. Así me preocupe de dirigir sus “Epigramas Mapuches” para voz e instrumentos y sus Preguntas para voz y orquesta en Cuba, sus “Mascaras” para tenor, tambor y piano en Valparaíso, su “Otra Concertación” en Viña del Mar y los “Cantos Ceremoniales”, en 6 ciudades polacas y 2 ciudades peruanas y próximamente a México, en abril de 2012.

Pero, también es una certeza, que si no se esta en su escritura, se esta tan afuera de su obra que uno solo alcanza a rozar la tierra, quedando más bien suspendido del entendimiento y alejado de la emoción de la razón. A lo largo de este recorrido, fue posible un real espacio de conocimiento de los Cantos, de su trazo, del dibujo con que nos regala sus certeros gestos aprendidos como niño universitario en tiempos de Campamentos.

Supongo que ustedes se habrán dado cuenta que nuestro amigo, vive coordinado con demasiada frescura con su entorno, en donde cada decisión que toma es consecuencia del estar en la tierra en la cual vive, pero al mismo tiempo, de adapta a cualquier realidad en la que habite. Él transita como el hombre que recorre los tiempos, de allí su humor entre el Cinzano y el J. Cruz, entre el mar y el cerro Alegre, marcando años que aún no aparecen en la agenda legislativa de la República ni en la imaginación de nuestras agendas.

Hemos trabajado la obra, pensando en entender lo escrito como parte de un relato personal, casi autobiográfico, pero que al mismo tiempo, deseábamos hacerlo parte de un corpus colectivo, así sentíamos que el uno (la obra) era el otro y en el otro éramos todos. La vivencia de un pueblo, filtrada por los ojos del poeta… ¿cuánta conmoción en todo ello?, Elikura y Eduardo.

Queridos amigos, veo a Eduardo allí sentado, curiosamente más inmóvil que lo inquieto y desesperado que le conocemos, y al mismo tiempo sé, que aunque podamos verle allí, ya esté fuera de esta sala, en su enorme necesidad de las otras fronteras y puertos azules del Cerro Los Placeres al Barón y de allí a la Piedra Feliz, camino al Valparaíso Eterno en una y mil noches porteñas.

Esta es la esencia de “Azul y otros puertos”, allí en esta nueva frontera de du vida sin fronteras se encontrarán con que el dibujo baila, la fotografía canta, el baile escribe, el corazón lee, la madera se levanta, el metal es cuerpo plástico en su ritmo, el ojo atrapa la belleza, lo visto es mirado, lo oído es escuchado y el sentido de lo visible es previamente no serlo, siendo finalmente ello su carácter público y universal, y como dijo nuestro homenajeado “lanzaro” de su CD:

“La primera vez que escuché la obra como auditor, me emocioné
profundamente hasta las lágrimas, pues sonaba tal como la había
imaginado. Mientras la escribía me sonaban las voces adentro y yo mismo
cantaba a veces, las voces en falsete para emular las voces femeninas,
pero no podía cantarlas todas al mismo tiempo, por tanto, lo polifónico sólo
quedaba imaginarlo.”

En fin, que bueno que todo esto ha sido posible, gracias por invitarnos nuevamente para compartir este puerto de Valparaíso, contemplando el azul de mar cuando modula al azul bosque de Elikura.

Muchas Gracias

Dr. Boris Alvarado
Compositor
Académico del instituto de Música de la PUCV
Miembro de número del Colegio de compositores Latinoamericano de Arte

Viña del Mar, 27 de abril de 2011

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